Odesa

Odesa es una ciudad que se distingue por su colorido incomparable que surgió gracia a la vinculación de la gran cantidad de culturas. Hoy día es la tercera ciudad de Ucrania por la población y el puerto marítimo más cargado por tráfico. A ella la comparan con fabulosas ciudades antiguas y nombran la Palmira del Sur debido a su encanto inconfundible, el clima solar y caliente, las playas arenales que corren por el mar azul.. Aquí los edificios construidos en los estilos de modernismo y neoclásico sumergidos en el sin fin de los parques verdes. Te encanta andar por las calles de adoquines y admirar por los únicos lugares de interés.

Sin embargo, las costas doradas de Odesa atraen no sólo con los balnearios y fuentes curativos sino con la vida nocturna muy activa y dinámica. Desde el mayo hasta el octubre las marchas de la gente no se paran por un solo minuto y justo por eso la ciudad en la costa del Mar Negro ya hace muchos años lleva el apodo no oficial de “La capital de hedonismo”.

Odesa es la ciudad bastante joven. Ella apareció en el mapa del Imperio ruso después del mandato de Catalina II de Rusia en 1794 y justo por eso los ciudadanos de Odesa dos siglos después instalaron el monumento a la suya fundadora. Con el nombre de la ciudad están relacionadas unas cuantas leyendas. La más corriente dice que la capital meridional del Imperio fue nombrada en pos de colonia de la Grecia antigua “Odessos” que estaba situada en el territorio actual de la ciudad. Otra, menos relevante, pero no menos atractiva dice que en los tiempos remotos de las disputas zaristas sobre la ausencia del agua dulce cerca de la futura ciudad-puerto Catalina II de Rusia escogió el nombre para ciudad la frase francesa «assez d’eau» leída al revés que significa “hay suficiente de agua”.

La historia de Odesa no está parecida a la de otras ciudades de Ucrania. Está fundada en lugar del puerto turco que fue asaltado por su Serena Alteza Grigori Potiomkin, el favorito de Catalina II de Rusia, y por eso la ciudad fue construida según los estándares europeos de su primer edificio. Gracias a los esfuerzos y talento de sus patronos y creadores el almirante José de Ribas precedente del Reino de Nápoles y en honor de cual hace poco después nombraron la calle principal de Odesa, el ingeniero militar Franz de Volán, y el primer gobernador de la ciudad duque de Richelieu. En pocos años la ciudad se convirtió no sólo en un centro internacional de comercio sino en un foco del desarrollo de ciencia, cultura e ilustración. Para su centésimo aniversario Odesa devino ser la tercera ciudad por importancia en Imperio tras Petersburgo y Moscú.

Cuando a principios del siglo 19 en Odesa inauguraron la zona franca (puerto franco), los campesinos fugitivos, criminales y disidentes invadieron la ciudad. Y ya que la ciudad necesitaba no sólo los recursos materiales sino los humanitarios las autoridades hicieron la vista gorda para el estatus dudoso de sus numerosos huéspedes y se convirtió para ellos en la verdadera “madre”, Odesa-madre.

Durante la I y la II Guerras Mundiales la Palmira del Sur fue destruida casi completamente y sobrevivió los tiempos muy difíciles. A pesar de todo Odesa luchaba valientemente contra los usurpadores y por eso obtuvo título “ciudad-héroe”. Durante la Gran Guerra Patria en 1941 y 1945 los guerrilleros soviéticos escondieron en las famosas catacumbas y combatieron con hombría contra los ocupantes alemanes y rumanos. A propósito, esas catacumbas muy largas e intricadas son célebres alrededor del mundo.

A través de toda la historia a la ciudad se construyeron después se desarrollaron luego construyeron casi de nuevo los representantes de diferentes pueblos y naciones, profesiones y religiones. Así Odesa devino ser una de las ciudades más multiculturales de toda Ucrania y adquirió su encanto original y el sentido de humor peculiar de los ciudadanos.

Odesa no es sólo un lugar ideal para descanso ya que la ciudad abunda en los lugares de interés tanto naturales como culturales. Lo más perfecto es andar por el centro histórico de la ciudad y admirar por la arquitectura magnifica, los paisajes maravillosos y los monumentos extravagantes. Es una ciudad peculiar que graba en la memoria para siempre con los cuadros de yates de color níveo, playas doradas, parques verdes y vivos, mar azul y se queda en el corazón apretándolo con el deseo de volver a la magnífica y maravillosa Palmira del Sur.

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