Passage

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Localizado en el centro histórico de Odesa, en la esquina de las calles Deribasovskaya y Preobrazhenska, el conjunto histórico y arquitectónico Passage es uno de los edificios más impecables de la ciudad. Su recinto elegante decorado abundantemente es enlistado entre las obras maestras de arquitectura de la ciudad marítima y está considerado uno de sus lugares neurálgicos.

Combinando los rasgos característicos de barroco, modernismo y clasicismo, el lujoso edificio ecléctico fue construido a finales del siglo XIX en los plazos muy cortos: desde la concepción del fundamento hasta la inauguración solemne del conjunto se tardó sólo dos años. La edificación fue encargada por el comerciante de Odesa, el gerente de la empresa importadora, Moisei Mendeleyevich. Entonces adquirió las casas para luego destruirlos y construir su enorme centro comercial y hotel.

El conjunto en el pleno corazón de la ciudad fue bautizado Passage. Representaba completamente nuevo tipo del centro comercial. Antes eran las cadenas de tiendas de uno o dos pisos que formaban unas tales galerías, pero el centro Passage proporcionaba sus servicios dentro de su recinto. La planta baja fue ocupada por las tiendas. En virtud de la ubicación más privilegiada, la superficie albergaba las tiendas más prestigiosas de Odesa.

En los niveles superiores se alojó el hotel. El recinto albergaba 162 habitaciones confortables que fueron equipadas con todos los avances tecnológicos de aquella época. Las habitaciones contaban con la electricidad, producida por la estación eléctrica autónoma, calefacción central de vapor, ascenso, y conexión telefónica. Además, el hotel albergaba restaurante, sala de lectura, peluquería, y oficina de correos. Justo desde el momento de apertura, el hotel Passage fue considerado el mejor hotel de Odesa y gozaba de popularidad entre los visitantes.

Actualmente, por desgracia, el hotel no puede jactarse de las habitaciones más confortables y modernas. Sin embargo, el propio conjunto logró conservar su exterior. Sigue siendo el símbolo y el edificio inmejorable para los ciudadanos y huéspedes de la villa. Es una verdadera perla de la arquitectura local. Passage atrae como un imán por su lujoso exterior, decorado con las numerosas molduras barrocas y esculturas refinadas. Las más afamadas estatuas –el Mercurio y la Fortuna con la antorcha en los brazos– son instaladas en la cubierta del conjunto.

Uno de los rasgos más peculiares de Passage es el patio alargado que representa un atrio con la cubierta de cristal que permitía introducir una porción de luz indirecta del sol en el edificio. Este patio fue flanqueado por las tiendas. Tanto las fachadas como los interiores del atrio sorprenden por la abundancia de las decoraciones, entre las cuales cabe señalar patrones de estuco, preferiblemente hechos en la estética marítima, atlantes, dragones y otros bichos y héroes antiguos.