Kremenets

Kremenets es una de las ciudades más viejas de Ucrania. Se extiende en un sitio pintoresco entre las montañas de Kremenets cubiertas por el bosque denso. El nombre de la ciudad se debe al de eses montes.

La historia de Kremenets está estrechamente ligada a la de su principal lugar de interés, la fortaleza en el monte Zamkovaya. Los historiadores creen que la obra de fortificación fue construida aquí en el siglo VIII y fue considerada una de las más poderosas. Lo comprueba el hecho que la fortaleza de Kremenets fue una de pocas ciudadelas de Rus de Kiev que alcanzó soportar la invasión de los conquistadores tártaros de Mongolia en 1240.

En el siglo XVI, el rey polaco Segismundo I Jagellón el Viejo le regaló el castillo a su mujer, la princesa napolitana Bona Sforza de Milán que mandó a fortalecerlo. Bona fue la gobernadora del castillo durante 20 años y la ciudad se desarrollaba activamente bajo su control. La reina tenía una personalidad viva y extraordinaria por eso su persona está cubierta por un sinfín de cotilleos o leyendas.

Se la consideraban una brújula y sospechaban que ella había envenenado a su nuera. Pero la leyenda más popular sigue que Bona Sforza había ocultado sus tesoros en el Monte Zamokovaya y ahora cada año, durante la Pascua de Resurrección, su fantasma vaga por las ruinas de la fortaleza. Se dicen que el que no se asuste besar la fantasma de Bona, podría tomar la llave de sus labios que abre la puerta donde ella tiene ocultado el tesoro. Sin embargo, cabe tener en memoria que la puerta se abre con la primera campanada del día de Pascua y se cierra con la última. Si no alcanza hacerlo durante ese periodo de tiempo, la fantasma le llevará al infortunado consigo.

El castillo que no rindió bajo del asedió de las tropas Batu Kan pero fue asaltado y arruinado por los cosacos después del sitio que duró 16 días. Así, Kremenets perdió su objetivo defensivo y la fortificación sigue estando en ruinas. Actualmente allí está las ruinas de la torre sobre las puertas con el arco gótico y los fragmentos de los muros. No obstante, hasta hoy día los restos del castillo viejo impresionan muchísimo y desde la montaña donde ellos están ubicados se abre un panorama maravilloso a la arquitectura magnifica de la ciudad.

El edificio más hermoso de Kremenets, se lo consideran el conjunto arquitectónico del monasterio y colegio de Campaña de Jesús cuya apariencia combina los rasgos de barroco y rococó. El conjunto consta de la iglesia católica (actualmente la Iglesia de Transfiguración) y dos edificios educativos adyacentes.

Otro adorno de la ciudad es la Сatedral ortodoxa de Nicolás, reconstruida en el siglo XIX de la iglesia católica de los franciscanos que fue elevada aquí desde 1631. Después de la renovación el templo renacentista obtuvo el aspecto barroco.

Kremenets es una ciudad pequeña por eso sus principales lugares de interés están muy cerca uno a otro. Por eso a los turistas les basta sólo un día para conocer los sitios inolvidables y sumergirse en el ambiente excepcional.

Ubicación: Kremenets está a 70 km de Ternópil y por eso hay que tomar el autobús que comunica esas dos ciudades (una hora en carretera cuesta 25 grivnas).

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