A los turistas les mostrarán la Atlántida de Crimea
La península de Crimea siempre se destaca por una infinidad de distintos lugares de valor natural, arquitectónico y arqueológico. Esa vez su lista va ampliarse con un nuevo punto de interés turístico. Desde los finales de mayo hasta los principios de julio, los huéspedes de la península podrán aprovecharse de una excursión por una antigua ciudad hundida, Acra, que se la han bautizado la Atlántida de Crimea.
Situadas a 4.5 metros de profundidad, en la parte meridional del estrecho de Kerch, a pie de cabo Takil, las ruinas de un asentamiento antiguo se los mostrarán durante la expedición arqueológica. Los investigadores van a presentar sus hallazgos únicos y contar la información más relevante acerca de la polis antigua. No son casuales los datos de la excursión, ya que a principios del verano las aguas del mar son más apropiadas para el boceo.
La ciudad de Grecia antigua de nombre Acra existió durante mil años, supuestamente, desde el siglo VI a. C. hasta el siglo IV. El asentamiento abarcaba un territorio de cuatro hectáreas, por eso es muy difícil afirmar que fue una ciudad muy amplia. Sin embargo, las murallas gruesas testifican que ese poblado, encontrado por los arqueólogos, desempeñaba un relevante papel comercial y servía de un importante centro financiero del Reino del Bósforo.
La inundación de Acra fue provocada por el ascenso del nivel del mar y el movimiento de placas tectónicas. A propósito, una muralla de piedra, encontrada por los investigadores, a seiscientos metros de las murallas de la ciudad puede significar que los habitantes de la Atlántida de Crimea trataron de luchar contra la subida del mar. Luego, ellos mudaron a un lugar más elevado, y sólo cuando fue imposible precaver el agua, ellos se vieron obligados a abandonar su ciudad.
Los arqueólogos encontraron la Acra hundida sólo a finales del siglo XX. Durante las excavaciones, ellos hallaron unas murallas de dos metros de anchura y los restos de las casas antiguas, bases de torres y el pozo. A una escasa distancia estaban siete ánforas cuya fabricación se remonta al siglo IV a. C. con una marca de la ciudad antigua de Heraclea, monedas viejas, fragmentos de vajilla, un trozo de cepo de ancla de plomo, detalles de madera hechas por un torno. Así, cada uno podrá ver todos los tesoros que esconde la ciudad antigua.
Al considerar el interés turístico hacia la Atlántida de Crimea, ese verano ella tiene todas las oportunidades de convertirse en el lugar más visitado y más popular de la península.
