Cabo Aya

Un espléndido e inconfundible cabo Aya –una roca abrupta de 500 metros de largo que sobresale en el mar– representa un sitio que al visitar una vez da la luz a las ganas invencibles de regresar ahí. Es el único sitio reservado de la península de Crimea cuyos paisajes costeros no ceden a la belleza de los del mar Mediterráneo. Aquí hay todas las condiciones que favorecen el descanso: aire fresco impregnado de los olores a coníferos, agua esmeraldina de la bahía de Laspi y el ambiente incomparable creado por los montes de Crimea.

El cabo Aya, ubicado cerca de Balaclava, es considerado la frontera nominal occidental de la Costa Meridional de Crimea. Su nombre proviene de la palabra griega “Άγια” que significa “santa”. Las rocas masivas del cabo constan de la caliza de mármol cubiertas por los vegetales relictos. La más alta entre ellos es la Kokia-Kiya o la Roca azul que se yergue 558 metros sobre nivel del mar.

Debido al clima singular ahí vegetan las plantas raras y habitan los animales extintos que hoy en día están bajo el amparo de la reserva estatal “El cabo Aya”. Su flora cuenta con más de quinientos especies de vegetales, muchos de cuales son catalogados en la Lista Roja. Probablemente, sólo ahí se puede encontrar tales árboles valiosos como madroño con el tronco rojo y el follaje esmeraldino más conocido como “desvergonzada”, enebro griego o pino de Chipre. Son los bosques de coníferos relictos de colores verdes oscuros y piñas grandes que connotan al cabo Aya la belleza incomparable y la singularidad.

El mundo animal de la reserva abunda en las especies extintas. En sus terrenos habitan murciélagos, garduña y comadreja, serpientes de leopardo. Además, hay ahí los representantes de fauna típicos para las montañas de Crimea tales como corzas, ciervos, jabalís. Y en la zona ácuea del cabo, que también forma parte de la reserva y es protegida respectivamente, se puede contemplar tres especies de delfines, galludos, rapanes y mugos.

A pie del cabo están las grutas fantásticas que fueron usados por los navegantes de la flauta imperial del mar Negro para reglar el tiro por eso se puede ver las huellas de las balas.

Uno de los sitios más conocidos del cabo Aya –la bahía de Laspi– es una verdadera maravilla que cuenta con las playas cómodas y el mar más mero. En virtud de la ubicación –es aislada del mundo por la cadena montañosa– que la protege de los vientos y la corriente fría de Yalta, se lo consideran el sitio más caluroso de la Costa Meridional de la península de Crimea.

A pesar de que la reserva única del Cabo Aya es protegida severamente, es posible visitarlo, pero sólo por los senderos ecológicos. La gente puede aprovecharse de los campamentos especialmente instalados.

Cómo llegar. El cabo Aya se encuentra situado a 8 km de Balaclava y a 20 km de Sevastopol. Ahí se puede llegar por el autobús que va por la carretera a Yalta. Es menester ir a la vuelta al cabo Aya y de ahí a pie siguiendo uno de los senderos turísticos. Es posible tomar barcos para llegar a las playas: un barco de pasajeros (a eso de 20 grivnas) o chalana privada (el precio se vacila entre 15 y 30 grivnas).

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