Palacio de Sah

Gogolya St. 2, Odesa

El palacio de Sah que corona precipicio abrupto en la parte histórica de la ciudad, está merecidamente considerado uno de los edificios más hermosos e impecables de Odesa. Construido en el estilo neogótico poco característico para la ciudad marítima, se destaca entre otros edificios antiguos de la ciudad y ya más de un siglo y medio sigue siendo uno de sus tesoros principales que es tanto un orgullo de los locales como un destino indispensable de los itinerarios de huéspedes de Odesa.

El recinto insólito de Odesa fue construido en 1852 por el alarife polaco, Felix Gansiorowski, para su compatriota, el magnate polaco, Zenon Brżozowski. Fue erguido en un lugar donde fue previsto edificar el hospital militar. Su levantamiento fue aplazado muchas veces, entonces el recinto medio finalizado fue desmontado. Compuesto por dos pisos, el propio palacio está construido de la piedra caliza y revestido con la piedra de Inkerman. Sus formas y decoración parecen mucho a los castillos medievales ingleses, cuya arquitectura quizá inspirara al alarife. Sus paredes gruesas fueron reforzadas por las torres con dientes, y cortadas con las ventanas ojivales y arcos que imitaban el estilo de castillo.

Según la idea del arquitecto que cumplía los deseos del cliente, el palacio debía impresionar mucho justo desde la parte del mar. En general, el castillo representaba un edificio, formado por cuatro recintos. Adentro estuvo un patio no cerrado que llevada a la plaza con la fuente. Antes, ahí se podía acceder a través del arco que imitaba la torrecilla medieval con una puertecilla que parecía mucho al puente levadizo.

La familia de Brżozowski vivió en la casa hasta 1910, después de que fue adquirida por el conde polaco Iosif Schonbek que lo reacondicionó como la casa para alquiler. Diez años seguidos, el palacio fue arriendado por el sah persa Mohammed Ali que después de ser destronado se vio obligado a abandonar su país, y se estableció en Odesa. Justo su personalidad regaló al palacio la mayoría de las leyendas y rumores. Dicen, que al mudarse a la ciudad marítima, el sah no negó seguir el modo de vida oriental y organizó un harén. A las concubinas culpables solía despedirse de ellas a través del balcón de la planta baja, en vez de una puerta. Fue una moraleja a otras jóvenes y una diversión a los locales. Los ciudadanos de Odesa se enamoraron de su huésped que solía hacer los regalos a cada a quien encontraba en su paseos en la ciudad. Desde entones, ellos bautizaron el palacio de Sah que lo sigue siendo hasta al día de hoy.

En 1920, después de que Mohammed Ali abandonó Odesa, la mansión fue asignada a la Casa de arte popular durante la gobernación de cual el recinto llegó a estado lamentable. Así, el exterior queda casi intacto, a diferencia de los interiores que fueron destruidos casi completamente, incluso los hornos de tilos, chimeneas de mármol y parquet inmejorable. Una excepción es la escalera de gala y el vestíbulo.

 

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