Palacio del príncipe Vorontsov
Odesa es famosa por la cantidad enorme de los edificios del estilo imperio que han formado el aspecto tanto único como atractivo de la ciudad. Uno de los más espléndidos monumentos arquitectónicos se lo consideran el Palacio del príncipe Mijaíl Vorontsov, la mansión y, al mismo tiempo, la residencia de general-gobernador de la región de Nueva Rusia. Su gobernación que duró a eso de veinte años es, sin duda, el siglo de oro para la ciudad.
El complejo palaciego que además del propio palacio incluye la columnata-belvedere y las dependencias y se construyó en el peñasco marítimo en el centro de la ciudad en la primera mitad del siglo XIX. El proyecto fue creado por la imaginación y talento del alarife eminente Francesco Boffo, y dentro de poco el palacio se convirtió en uno de los símbolos de Odesa.
Tanto el interior como el exterior del palacio están impregnados de lo italiano y lo refinado. Así, el exterior plasma los mejores rasgos del clasicismo y el interior posee las peculiaridades del romanticismo. Es la planta baja de la mansión que se destaca por el lujo. El piso albergaba las habitaciones para huéspedes, el billar, la sala de baile con la chimenea y la biblioteca. Todos los salones fueron decorados por las molduras, doradura y mosaicos ricos, las paredes fueron adornadas por los cuadros, y en el centro brillaban las arañas de cristal.
Algunas decoraciones del interior, por ejemplo, la chimenea de mármol instalada en la sala de gala, fueron transportadas a Odesa de Palacio Mijailovsky de San Petersburgo. Además de su belleza, esa chimenea es atractiva debido a su presencia en el dormitorio del emperador ruso Pablo I y, además, es el testigo mudo de asesinato del rey.
El primer momento trágico en la historia del Palacio del príncipe Vorontsov sucedió en 1854 durante la Guerra de Crimea. Entonces, Odesa fue bombardeada por la escuadra unida de los ingleses y los franceses. El palacio sufrió mucho daño. A propósito, al enterarse del bombardeo, el príncipe Vorontsov pidió guardar la biblioteca a que consideraba el principal tesoro de la mansión. Los libros valiosos fueron conservados y, luego, los obtuvo la universidad local donde ellos aguardan hasta hoy día.
El complejo palaciego fue reconstruido y renovado, sin embargo, a finales del siglo XIX, ahí inauguraron el colegio masculino. Y con el inicio de la revolución de Rusia en 1917, el palacio del príncipe Vorontsov fue convertido en el centro de rebelión en Odesa, y después en los cuarteles generales de la Guardia Roja. Tales cambios, claro, tuvieron un impacto negativo en el complejo palaciego. Muebles y alguna decoración fue llevada a otra mansión de Vorontsov, el palacio de Alushta en Crimea.
En los años treinta del siglo XX, el palacio albergaba el Palacio de pioneros. Con este establecimiento de los jóvenes, el palacio encontró la Segunda Guerra Mundial que llevó consigo mucho más daño: unos edificios fueron destruidos por completo, otros fueron muy dañados.
Actualmente, la mansión renovada sigue albergando el centro de la cultura de niños y jóvenes. No obstante, las obras de restauración se continúan. Su objetivo principal es volver el aspecto histórico al palacio del príncipe de Vorontsov. Pero cabe decir, que hoy en día el complejo palaciego tiene las huellas de su majestuosidad y encanta a todos que decidan a tocar su historia.