El oeste calmoso y tranquilo de la península de Crimea se diferencia mucho de la ruidosa e invadida costa meridional. Aquí no están los palacios lujosos y maravillas naturales, pero hay abundancia de las playas, balnearios de los barros curativos y una pléyade de monumentos de antigüedad.
El mini-viaje por la costa oriental es mejor empezar por Eupatoria, la ciudad más acariciada por sol. Es muy fácil llegar aquí de la capital de Crimea, Simeferópil en tren o autobús. Antes de estar tumbado en la playa ancha de Eupatoria, es recomendable experimentar el efecto curativo de las barras de los lagos y limanes locales y después conocer las curiosidades que presentan un interés arquitectónico e histórico.
Ante todo, cabe visitar la parte vieja de la ciudad y, en primer lugar, la mezquita Juma-Jami, la única de unas cúpulas en Europa y la más hermosa de la península. Al lado de ella, está la Catedral de San Nicolás fundado para conmemorar la liberación de Eupatoria durante la Guerra de Crimea de las tropas inglesas y francesa. Después, cabe visitar las kenasas de caraítas, un templo de los caraítas de Crimea y Tekie dervishey, un antiguo convento de los monjes peregrinos del siglo XV.
Después, toma el autobús o taxi y sal para Saki, el primer balneario de Crimea que especializa en los barros curativos. Es aconsejable visitar el museo etnográfico de Saki donde conservan las muestras únicas de arqueología y vestigios de la ciudad griega y escita Kara Tobe que se encuentra en las afueras de la ciudad. Y es menester contemplar la exposición del museo de antigüedades de Crimea sureste, ubicado en los terrenos de las ruinas de dicha ciudad.
Y luego visita el punto más extremo de la península, el cabo Tarjancut. Uno de los sitios más hermosos de la península junto con los litorales salvajes que abundan en las bahías pequeñas, cuevas y grutas. Su costa es declarada el monumento natural. Es un lugar idóneo para el barato reposo familiar, juvenil e infantil, asimismo para practicar el boceo.