Volcanes de lodo

village Bondarenkovo

La antigua Kerch cuenta no sólo con las ruinas viejas, túmulos reales y fortalezas medievales, sino alberga un abanico de los destacados lugares naturales, emplazados en sus alrededores. Uno de ellos es un valle de los volcanes de lodo, alojados a 8 kilómetros de Kerch.

Los volcanes de lodo es un fenómeno natural poco extendido, ya que es mucho menos numeroso que los magmáticos. Tales volcanes se forman debido a los movimientos tectónicos de la corteza terrestre cuando los gases naturales debajo de la tierra buscan la salida y empujan partículas de arcilla. En su vía a superficie arcilla mezcla con agua que a su vez resulta en la dilución de arcilla y, así, esa combinación se empuje a la superficie formando colinas cónicas.

Una de las formaciones más amplias de los volcanes de lodo se encuentra en los alrededores de Kerch. La cuenca, donde están a eso de dos decenas de volcanes, es apodada el Valle de Luna. Los paisajes representan un escenario fantástico: en la tierra desierta están alojados unas pequeñas colinas desde donde ascienden chorros de gas y zampan las burbujas de lodo. En el centro del valle, está un lago de lodo que anda actualizando sus tamaños y formas. Según dice una leyenda, son esos volcanes de lado, cuya edad alcanza 25-30 millones de años, que fueron descritos por Homero en su famosísima ‘Odisea’ como las entradas en un mundo de muertos.

En el valle, que muy a menudo llaman Bulganovskaya (el antiguo nombre del pueblo Bondarenkovo, que está al lado de volcanes), están volcanes muy pequeños que asemejan a chorros con burbujas en la superficie que suelen hincharse y producir un ruido peculiar, asimismo hay los que miden unos metros y tienen la tradicional forma cónica y un cráter lleno de una mezcla de gas y ludo. El volcán más poderoso en el grupo Bulganovskaya, se lo consideran el volcán Andrusova que tienen 50 metros de diámetro.

Hay que tener mucho cuidado paseando por el valle de volcanes de lodo, ya que se puede dejarse caer en un chorro de barro. Además, es inseguro aproximarse al lago central, ya que debajo de la tierra agrietada está un pantano. Los locales dicen que durante la Segunda Guerra Mundial, el tanque alemán trató de acortar el camino y pasó por el valle Bulganovskay. Desde entonces no ha sido visto.

Otra ventaja de los volcanes de lado en Kerch es que junto con la oportunidad de ver el fenómeno natural, se puede recuperar su salud. El barro oleoso y mineral, que brota de debajo de la tierra, está empapada de elementos útiles para el organismo humano y se usa para tratar y curar distintas enfermedades. Además, el aire en el valle está lleno de yodo.

Cómo llegar. Desde la estación de autobuses de Kerch, hay que tomar el autobús Nº 64 que va hasta el pueblo Bondarenkovo. Después ir 2 kilómetros al norte.

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