Gurzuf
No se ve correcto correlacionar los tamaños de Gurzuf, un pequeño centro turístico en la Costa Meridional de Crimea, con su popularidad que goza entre los viajeros y veraneantes. Pues, eso no sorprende nada. En virtud de su ubicación –en la costa de una bahía pintoresca protegida por la cadena montañosa-, atrae por sus paisajes maravillosos, clima curativo, mar tierno y templado, así mismo por una abundancia fascinante de los monumentos naturales, arqueológicos y arquitectónicos.
Ese sitio singular en la costa del mar Negro ha sido amado ya hace mucho. Pero sólo después de la usurpación de Crimea por el Imperio ruso a finales del siglo XVIII, el pueblo Gurzuf iba convirtiéndose paulatinamente en un centro turístico importante. Entonces, los miembros de la familia real, junto con la aristocracia rusa escogieron Gurzuf como un lugar de su descanso. Después, ahí llegaron muchos escritores, artistas y músicos con el fin de recuperar la inspiración debido a los paisajes espléndidos de Gurzuf.
Primero, que atrae la atención en Gurzuf es un parque que abarca la superficie de 12 hectáreas, fundado en la roca costera a principios del siglo XIX. Los panoramas majestuosos y riqueza del mundo vegetal le convirtieron en uno de los mejores parques de la Costa Meridional de la península. Actualmente, ahí vegetan más de 100 especies de los árboles y matorrales tanto característicos para Crimea, como muy singulares y exóticos, traídos de diferentes partes del mundo. Numerosos pasillos atraviesan el parque donde están los bancos que ofrecen reposar un poco en la sombra.
Los edificios del Sanatorio militar de Gurzuf se brillan como joyas entre lo verde del parque. Este balneario es uno de los más viejos de la Costa Meridional. Fue inaugurado a finales del siglo XIX, y se destaca por la arquitectura extraordinaria que combina los rasgos típicos del estilo mudéjar con las mejores tradiciones de la arquitectura rusa de madera y los motivos de la Grecia antigua.
Hace mucho, el parque de Gurzuf fue adornado por cinco conjuntos esculturales alegóricos complementados por fuentes. Por desgracia, actualmente se puede contemplar sólo dos de ellas: “Rajil” y “Noche” inspiradas por las leyendas míticas. Son las verdaderas obras maestras que representan dos principales lugares de interés del jardín. Además, el parque alberga el pasillo escultural donde están los bustos de celebridades que han visitado Gurzuf y han confesado su amor a las bellezas del centro turístico: Vladímir Mayakovski, Lesia Ukrainka, Adam Mickiewicz, Fiódor Shaliapin, Antón Chéjov y muchos otros.
Además, hay en Gurzuf los monumentos arqueológicos. En particular, las ruinas de la fortaleza medieval construida por los bizantinos en la roca Dzhenevez-Kaya (la roca de Génova) en el siglo VI que existió durante nueve siglos. Durante la Edad Media, la ciudadela protegida por los peñascos abruptos, controlaba la bahía de Gurzuf donde podían desembarcar los barcos marítimos. Hoy en día, en la cima de la roca se puede contemplar los restos de la muralla gruesa, asimismo los fundamentos de la basílica bizantina y las casas cuya elevación se remonta a los siglos XIV y XV. Además, ahí está túnel hecho por los habitantes de la fortaleza para vigilar el mar.
Actualmente, de ahí se puede contemplar las joyas naturales de Gurzuf, Adalar que representan dos islas rocosas que parecen mucho a dos castillos particulares. Esas dos peñas gemelas o piedras blancas -su otro nombre-, se encuentran situados a 200 metros de la costa. Adalares son un símbolo más conocido de Gurzuf.