Ucrania es un país bastante tranquilo para los viajes según dicen los índices europeos de criminalidad. Es poco probable que los grupos de crímenes organizados vayan a interesarse en los turistas ordinarios, pues así lo que ha de temer un turista es las estafas y el gamberrismo.

Hay unas reglas básicas que te ayudarán a evitar convertirse en una víctima de los estafadores: no muestra si tienes el dinero consigo, evita los partes poco iluminadas o desiertas de carreteras, no aguarda todo tu dinero en un sitio, vigila atentamente sus cosas especialmente en transporte público o, en general, en los lugares llenos de gente.

Claro, como otros países del mundo, Ucrania también tiene los estafadores callejeros. Por eso es conviviente que evites la comunicación con los desconocidos durante la noche. Frecuentemente, los gamberros están formados en los grupos, principalmente, de jóvenes, así es recomendable que se les desvíes.

Además, son muy probables las estafas con las tarjetas de crédito y cambio de moneda. Asegúrate que nadie ve tu PIN-código cuando pagas por la tarjeta bancaria; además, ten cuidado retirando tu dinero del cajero automático (es aconsejable hacerlo en un banco o lugar lleno de gente); recuérdate que en Ucrania, es prohibido por ley cambiar la moneda en la calle. Si has visto una cartera que está en la calle, no lo toques. Es posible que los estafadores lo hayan echado para después acusarte de una estafa.

Si sigues las reglas fundamentales dictadas por la razón, evitarás desagrados y convertirás su viaje a Ucrania en un verdadero placer.

Aunque los ucranianos son considerados una nación muy hospitalaria y tolerante, no les dan una bienvenida muy cordial a las parejas del mismo sexo. Puede ser que eso debe a las tradiciones religiosas o la prohibición del homosexualismo por la ley hasta 1991. El matrimonio del mismo sexo no es apropiado por la legislación, ahí no organizan los desfiles de gays, y hay pocos establecimientos donde los gays y lesbians pueden ser libres. Pues así, ser el gay, especialmente, en un asentamiento pequeño con las costumbres rigurosas, es muy difícil.

No obstante, nadie ataca a las parejas del mismo sexo en la calles. Empero, muchas personas muestran su indignación por las miradas o gritos si ellos enseñan sus relaciones en los sitios públicos. Al mismo tiempo, cabe mencionar que la muestra de sentimientos por las parejas heterosexuales es tampoco apropiada. Las personas de alta edad consideran tal comportamiento como obsceno. Pero no es necesario tener miedo y cancelar su viaje a Ucrania. El nivel de tolerancia se diferencia de región a región. Si la tolerancia no es evidente, a los viajes gays es recomendable evitar la muestra abierta de sus sentimientos. En unas regiones no aceptan completamente tales parejas, en otras tratan con tolerancia tales personas si ellos no enseñan sus preferencias.

Últimamente, en la prensa fueron publicados numerosos materiales acerca del racismo en Ucrania. Entre otro, se menciona el comportamiento cruel con las minorías étnicas, la discriminación y el xenofobia en la sociedad que representan el peligro mortal para los extranjeros en Ucrania.

Siendo una sociedad homogénea europea, los ucranianos, claro, son bastante individualistas durante la comunicación con los representantes de otras naciones. Ese rasgo representa un mecanismo que fue lanzado debido a las peripecias históricas ucranianas. Claro que algunos adolecentes que han experimentado "un tal control mental" creen sinceramente que "todas las personas con piel negra venden las drogas y violan a la mujeres ucranianas". La palabra clave es "algunos".

Sin embargo, las anunciaciones que en Ucrania hay muchos crímenes a base de la discriminación racial son muy exageradas.

Y al tomar en la consideración que toda la atención del país, así mismo de todo el mundo será clavado a la Eurocopa 2012, los grupos raciales no tendrán tiempo, ni lugar a atacar a los aficionados que vendrán a Ucrania en junio de este año. (Al mismo tiempo, es imposible garantizar la tolerancia de un grupo de aficionados a otro. ¡Pero ahí no rigen los motivos raciales!)