Bulevar Primorsky
Localizado a lo largo de una de las cuestas más pintorescas del lado meridional de la parte histórica de la ciudad, el bulevar Primorsky sigue siendo uno de los sitios más amados tanto por los vecinos como por los turistas. Es uno de los espacios más atractivos de la villa tanto por sus pasillos largos como sus miradores, desde donde abren las vistas inmejorables sobre la bahía de Sevastopol. Asimismo, el pasillo marítimo cuenta con una infinidad de los monumentos relevantes que cuentan la historia complicada de esa gloriosa ciudad.
En la primera mitad del siglo XIX, en el lugar del pasillo marítimo, erguía la batería de Nicolás labrada en piedra. Su objetivo principal fue la defensa de la entrada en la bahía Yizhnaya. Durante la Guerra de Crimea, la fortificación fue explosada por los franceses después de que aquí estaban los restos que impidieran el recorrido de los peatones y carruajes. Sólo en 1883, en vez de los restos de revellín emplazaron un pasillo donde plantearon numerosos árboles, construyeron paseos y terrazas de observación con las vistas al mar. El lado occidental del pasillo albergaba un edificio peculiar del club de yates, inspirado en el estilo románico. Además, ese recinto contaba con una sala de lectura y un restaurante. Luego, en el pasillo se construyó el local de la estación biológica que se dedicaba al estudio de la flora y fauna marítima. Ahí, alojaron un acuario que funciona hasta hoy en día y está considerado uno de los acuarios públicos más viejos de Europa.
El aspecto actual del bulevar Primorsky fue concebido en 1905 cuando la ciudad iba preparando activamente para la celebración del 50 aniversario del Sitio de Sevastopol. Entonces, se fundó el pasillo que aunaba el bulevar con el pasillo marítimo, se apareció bancos de piedra, escaleras y un puente peatonal de arcas.
Entonces en el Bulevar Primorsky se instaló su sitio más célebre, el monumento a los barcos hundidos en la roca artificial a diez metros de la costa. El monumento recuerda los buques que bloquearon abnegadamente la entrada en la bahía de Sevastopol durante la Guerra de Crimea (1853-1856). Además, el desembarcadero de piedra con un tramo de escalera, localizado en el pasillo, indica un lugar donde fue alojado el puente flotante merced al cual los defensores de la ciudad durante la noche del 27 al 28 de agosto de 1855 trasladaron a la costa del norte.
La historia complicada de la ciudad está reflejada en la placa conmemorativa que recuerda el destino trágico del crucero ‘Ochakov’ y el memorial a la escuadra del Flota del Mar negro que representa un arca en el centro del cual está alojada una placa de bronce de tres metros con los nombres de veinte ocho buques que participaron en las luchas contra invasores alemanes durante la Segunda Guerra Mundial.
De año a año, el bulevar Primorsky obtiene nuevos monumentos arquitectónicos, detalles peculiares, conjuntos conmemorativos y siempre atrae como un imán a miles de los turistas que vienen a Sevastopol.