Batería Mijailovskaya
Desde pasillo marítimo se divisa un impresionante recinto de fortificación con una infinidad de aspilleras. Ese edificio, localizado en la parte del norte de la bahía de Sevastopol, es la batería Mijáilovskaya, uno de los objetos conservados de la plaza fuerte de Sevastopol, que posee un inmenso valor histórico y ostenta el título de uno de los símbolos de la ciudad-héroe. Actualmente, los recintos de la batería albergan una sala de exposición cuyas muestras están dedicadas a las páginas heroicas de la historia de Sevastopol y la Flota del Mar negro.
A principios del siglo XIX, tras las victorias duras contra los otomanos, el Imperio ruso logró el objetivo deseado: la salida al Mar negro. Sin embargo, Turquía incitada por Inglaterra y Francia, no dejaba de desear el retorno de su dominio en la región. Debido al peligro permanente, el valor defensivo de la fortaleza de Sevastopol aumentó bruscamente. Por eso en 1834, el emperador Nicolás I de Rusia mandó a renovar las baterías costeras y construir las nuevas en piedra. Entre los últimos estaba la Batería de casamatas de nombre Mijáilovskaya (proviene del nombre ruso Mijaíl que corresponde en español a Miguel).
Su elevación fue finalizada en vísperas de la próxima Guerra de Crimea, en 1846. Su nombre se debe a gran príncipe Mijaíl Nicolaevich, el cuarto hijo de Nicolás I de Rusia. El recinto militar que se jacta de los tamaños considerables y la elegancia de la arquitectura palaciega característica para aquel entonces, fue considerado una de las partes más poderosas de la línea de defensa.
Representaba un edificio de dos pisos que estaba compuesto por un recinto central y dos alas adyacentes. En general, medía 200 metros de largo, y sus paredes fueron dos metros de ancho. Dos rincones interiores contaban con dos torres de tres niveles y aspilleras. En general, las cincuenta y ocho casamatas y una plataforma abierta podían admitir a eso de 115 armas de distinto calibro. Dentro de la plaza fuerte estaban alojados los recintos para la guarnición.
No obstante, la Batería de Sevastopol no se convirtió en un participante activo de la Guerra de Crimea, entonces, sus recintos albergaban un hospital militar. Pero durante la defensa heroica de Sevastopol de 1941 a 1942, fue un formidable puesto avanzado: al instalar las ametralladoras, los marineros de Sevastopol lograron resistir durante tres días ante el asedio del enemigo.
La segunda vida del edificio empieza en 2010 cuando el mecenas capitalino, aficionado a la historia de la Guerra de Crimea, asignó el dinero para la amplia renovación del exterior e interior de la plaza fuerte. Así, actualmente, en las casamatas están 18 hornos holandeses que calentaban las los recintos en XIX. Pero los restauradores decidieron conservar los daños sufridos durante la Segunda Guerra Mundial para la mayor autenticidad histórica.
El segundo nivel de la renovada batería Mijáilovskaya alberga una exposición excepcional de nombre ‘Sevastopol heroico’ que abarca un largo periodo de la historia de la ciudad: desde su fundación hasta la liberación de los enemigos durante la Segunda Guerra Mundial. Las treinta salas del museo cuentan con los valiosos artefactos de las colecciones privadas de los mecenas. Las muestras representan los testigos únicos de la historia: ejemplares auténticos de armas y uniformes militares, libros raros y documentos, incluso el texto original del radiograma del comandante del Ejército Rojo, Mijaíl Frunze al barón Wrangel con una propuesta para deponer las armas. Asimismo, las obras de primeros fotógrafos militares que por primera vez aparecieron durante la guerra de Crimea.
Después de visitar el museo, se puede subir a la terraza de observación, localizada en la cubierta de la batería, desde donde se abren las vistas impecables sobre la mar y la ciudad.