Catedral de San Alejandro Nevski
La majestuosa catedral de San Alejandro Nevski es uno de los templos ortodoxos más bellos no sólo de Yalta, sino de toda Crimea. Fue elevado a finales del siglo XIX para conmemorar los eventos trágicos y el fallecimiento del emperador Alejandro II de Rusia por eso fue bautizado San Alejandro Nevski, el patrón celestial de los zares rusos.
Después de la herida mortal del emperador Alejandro II de Rusia a causa del acto de terror que sacudió el 1 de marzo de 1881, en todo Imperio ruso empezaron a levantar las catedrales en su honor. Yalta, el sitio amado por los zares rusos para descanso, no estuvo aparte. Los ciudadanos recogieron los medios y en 1891, el décimo aniversario de la muerte del emperador, se inició la construcción. La emperadora María Fiodorovna, esposa del Alejandro III de Rusia, aprobó el proyecto y se puso la primera piedra. En 1902, el imperador Nicolás II de Rusia junto con su familia inauguró y bautizó la catedral de San Alejandro Nevski.
Actualmente, es la principal catedral ortodoxa de Yalta. Se representa un ejemplo magnífico de la arquitectura eclesiástica rusa y hace eco con las catedrales de Moscú cuya construcción data del siglo XVII. Merced a la riqueza y abundancia de la decoración, asimismo los tintes claros, el templo perece muy hermoso, adornado y ligero. Su joya principal es el icono mosaico del san Alejandro Nevski creado por los discípulos del maestro italiano Antonio Salviatti y es instalada en la marco de granita en el exterior de la catedral. El interior de la catedral fascina, ya que sus paredes son pintadas por los maestros de Venecia, y los iconos son creados por los mejores artistas de Rusia.
La catedral de San Alejandro Nevski cuenta con dos iglesias: la inferior con la capacidad de 700 personas, y la superior, la principal, que tiene el nombre del ilustre príncipe Alejandro Nevski con el aforo de 1200 personas.
Cerca de la catedral se ubica el campanario de tres niveles que contiene 11 campanas fabricadas en Moscú y la casa de iglesia que hace eco con el térem (casa) ruso.
Durante la época soviética, la catedral de San Alejandro Nevski como otras sagradas fue cerrada. Entonces albergaba el club deportivo, y las campanas fueron desmontadas y refundidas. Sólo después de la Segunda Guerra Mundial la catedral fue activa.