Farmacia-museo
Drukarska St. 2
Muchas maravillas tratan de ocultarse en estrechas calles adoquinadas del centro histórico de Lviv. Es la Ciudad vieja que es conocida por los edificios particulares y numerosos lugares de interés. Pero hay una casa que atrae como un imán hasta los turistas más exigentes y experimentados. Es la farmacia-museo –la más vieja de Lviv–, que, a propósito, cuenta con una selección muy rica de las muestras reunidas por los boticarios y coleccionadores-entusiasta, el atractivo principal de los viajeros.
La farmacia en la plaza Rynok surgió en 1735 merced al farmaceuta militar Natorp. En aquel entonces, tuvo un nombre “Bajo al águila negro”, ya que cada farmacia tuvo su símbolo que estaba colgado en la entrada al recinto. La botica en la plaza Rynok pasaba de manos a manos pero nunca ha perdido la calidad de los productos y la confianza de los ciudadanos. Actualmente, ahí se puede comprar los medicamentos modernos. Pero es más interesante venir a la botica con la excursión. Desde 1966, la farmacia “Bajo el águila negro” representa un museo único que alberga miles de expuestas fantásticas.
La primera sala es la Sala comercial cuyo interior asemeja al entorno de la farmacia vieja. Por una parte, ahí venden los medicamentos modernos, y por otra está una fila de los muebles de roble decorados de tallado. Sus baldas disponen de diferentes utensilios farmacéuticos y las drogas cuya producción data de distintos siglos. Una de las expuestas más curiosas de la Sala comercial es la balanza para aplicaciones farmacéuticas que cuelga en las figuras de Esculapio, dios de la Medicina y curación y su hija Higía, la diosa de la curación, la limpieza y la sanidad. Y en una de las vitrinas de la primera sala se puede ver el modelo de la primera lámpara de queroseno.
La otra sala es así llamada el Recinto de materiales. Ahí se almacenaba los medicamentos y, hoy en día, exponen la selección de las drogas y ampollas, instalación, vajilla para guardar los preparados. Pero lo más atractivo en la sala son las maquinas viejas para la fabricación de pastillas.
La tercera sala da a conocer la historia de farmacia desde los tiempos remotos hasta hoy día. Y en la cuarta sala recrearon un interior auténtico del laboratorio farmacéutico. Ahí se muestra diferentes etapas de conversión de las materias primas en los medicamentos. En la sala-laboratorio se puede admirarse de un abanico de los vegetales curativos traídos de distintas partes del mundo.
Son los subterráneos que representan la parte más misteriosa del museo. Ahí reconstruyeron los interiores del siglo XVIII. Los escalones de roble llevan del subterráneo al patio. En el centro está la fuente adornada con una figura peculiar que hace eco con las brújulas medievales.