Paseo costero del Dniéper

Naberezhnaya Zavodskaya St./ Naberezhnaya Lenina St./ Naberezhnaya Pobedy St.

El paseo costero de Dnipropetrovsk corre a lo largo de la orilla izquierda de la artería acuática principal de Ucrania. El pasillo mide a eso de 30 km y está considerado no sólo el más largo del país, sino de toda Europa. Es uno de los lugares más visitados de la ciudad, la tarjeta de visita de Dnipropetrovsk y el orgullo de los locales.

Esa buena calle con el pasillo peatonal en el centro aparece a lo largo del Dniéper en la segunda mitad del siglo XX. Antes ahí estaban emplazadas numerosas fábricas y depósitos, flanqueados con cadenas montañosas de residuos industriales, pues no tuvo nada en común con una zona de recreo. No obstante, actualmente es una de las calles más limpias y acondicionadas para las vueltas. Varios monumentos importantes, esculturas auténticas, cafés, restaurantes están alojados a lo largo del paseo. Además, ese espacio se convirtió en el sitio más amado para los paseos de vecinos y huéspedes de Dnipropetrovsk.

El lugar más emblemático del paseo costero es la fuente músical ‘El cisne blanco’ que se encuentra en el agua del río Dniéper. En virtud de la estructura flotante, la fuente puede cambiar de la dirección de los chorros creando distintas formas. En una pantalla peculiar, formada por polvo de agua, proyectan las imágenes de iluminación,

Otro lugar emblemático del pasillo costero que se yergue en el muelle festival es una pirámide escalonada, la cual corona un balón verde. Unos dicen que hace eco con los símbolos masónicos y la apodaron el Ojo de la Providencia. Otros afirman que es el Balón de deseos, e introdujeron una costumbre de escribir sus sueños en blanco.

Pero uno de los sitios más atractivos es la terraza de ocho metros donde se puede desconectar de la vorágine de la ciudad, y en verano se puede esconder del calor agobiante. Además, uno puede aprovecharse de numeroso cafés, pescar en el Dniéper o simplemente dar una vuelta. Por añadidura, en el paseo de Dnipropetrovsk hay anfiteatro y unas terrazas de observación desde donde abren las vistas impecables sobre el río.

Pero el encanto especial lo connota las horas nocturnas cuando pasillo está iluminado con centenas de faroles con lámparas de vapor de sodio que flanquean la calle.

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