Catedral de la Resurrección
La majestuosa catedral greco-católica de la Resurrección cuya silueta adorna la plaza principal de la ciudad, es declarada uno de los monumentos arquitectónicos más famosos de Ivano-Frankivsk. Es imposible –caminando por la ciudad– pasar por alto ese edificio claro que plasma los rasgos más vivos del barroco y clasicismo.
La construcción del templo se debe a los monjes de la campaña de Jesús. Ellos llegaron a Ivano-Frankivsk a principios del siglo XVIII y dentro de poco en el lugar de la iglesia antigua –quemada durante el asedio de la ciudad por los turcos– fundaron la iglesia católica. La historia de la catedral es extraordinaria y eso lo testifica hasta los inicios de la elevación. Los constructores, edificando el fundamento del templo, encontraron el tesoro que valía 14 mil zloty y ese dinero fue aportado a la construcción de la iglesia.
La catedral de la campaña de Jesús fue inaugurada en 1729, pero en veinte años –debido a los fallos en el proyecto– la iglesia iba cubriendo por las grietas que no se vio posible a eliminar que, en definitiva, resulto en el desmontaje de la iglesia. La construcción del nuevo templo inició 10 años después y llevó acabo según el proyecto nuevo, más seguro.
La iglesia jesuita que se erguió en la plaza central, se convirtió en un imán para los habitantes y huéspedes de la ciudad en virtud de la arquitectura original que representa un ejemplo vivo de la escuela austro-bávara. Su fachada se destaca por el laconismo y la proporcionalidad que es complementada por dos torres que hacen eco con los pabellones debido a sus orígenes de la arquitectura popular de los hutsules.
A finales del siglo XVIII, Ivano-Frankivsk formó parte del Imperio austro-húngaro. En virtud de que la compañía de Jesús fue prohibida oficialmente, los monjes fueron expulsados de la ciudad, y la iglesia junto con el monasterio fueron cerrados. Sus edificios entregaron al municipio.
Más de un siglo, la iglesia fue vacía que, por supuesto, tuvo un impacto negativo en su estado. La reconstrucción que inició en 1885 después de que el templo fue entregado a la Iglesia ucraniana de los greco-católicos y obtuvo su nombre actual, la Catedral de la Resurrección.
En aquel entonces, el templo recibió una nueva decoración. En su fachada instalaron dos figuras de Vladímir el Grande, el bautista de Rus de Kiev, y la princesa Olga, la primera santa ucraniana. El interior bizantino fascina por el lujo y la abundancia de la decoración. Su principal adorno es el iconostasio de cinco niveles, instalado en 1901 y las esculturas barrocas del altar principal.
Cerca de la Catedral de la Resurrección está el edificio del monasterio de los jesuitas junto con el colegio donde, actualmente, se encuentra el Instituto médico de Ivano-Frankivsk.