Templo de Santo Alejandro Nevski
La catedral de Santo Alejandro Nevski que durante siglos fue la sagrada principal de Simferópil, hoy en día es declarada una de las iglesias más majestuosas y más magníficas de la capital de la península de Crimea. No sólo sus tamaños considerables y formas armónicas, sino su destino difícil y trágico que resultó en el segundo nacimiento del templo dejan sentados a los visitantes.
La idea de la construcción de la catedral grande del Santo Alejandro Nevski ocurrió a la emperadora Catalina II de Rusia que en 1787 visitó la ciudad. Sin embargo, después de la muerte de la emperatriz, el levantamiento del templo paró un poco. La edificación reinició sólo en 1804 después de acuerdo del emperador Alejandro I que eligió el lugar de construcción para la nueva sagrada. Los mejores constructores de todo Imperio ruso ocuparon de la edificación del templo. Y en 1829, la catedral de Santo Alejandro Nevski, que fue uno de los primeros edificios monumentales de la capital de Crimea, abrió sus puertas para los ciudadanos que lo declararon una obra maestra de la arquitectura.
El templo cuyo exterior combina los rasgos típicos de la escuela clásica rusa se convirtió en la estrella de Simferópil. Sus formas se destacan por la severidad armónica, y el iconostasio particular fue considerado uno de las mejores obras del estilo clásico. Ahí albergaron las reliquias valiosas, iconos, vasos sagrados regalados a la catedral de Santo Alejandro Nevski por Catalina II de Rusia.
A principios del siglo XX, en la historia del templo sucedió un momento crucial. En 1918, el campanario fue destruido, y la catedral fue cerrada y convertida en el almacén de los vasos sagrados que llevaron ahí de otras iglesias de Crimea. En 1930, la catedral de Santo Alejandro Nevski fue explosada y en sitio donde estaba ubicado fue replanteado un parque.
Sólo a principios del siglo XXI, las autoridades deciden reconstruir un relevante monumento de la historia y arquitectura de Simferópil. Aunque el nuevo proyecto altera del original, pero la catedral de Santo Alejandro Nevski es muy majestuoso y grandioso. Actualmente, ese edificio grande y claro es uno de los adornos más vivos de la ciudad.