Fábrica de vinos espumosos 'Noviy Svet'
El pueblo pintoresco Noviy Svet goza de fama no sólo por sus paisajes, bahías azules y playas espléndidas con aguas cristalinas. Más allá de Crimea obtuvo el éxito rotundo por uno de sus lugares más emblemáticos, más bien el símbolo de ese rincón impecable, la fábrica de vinos espumosos 'Noviy Svet' que se jacta de los vinos más inmejorables y conocidos internacionalmente.
El gran impulsor de la construcción de la fábrica fue el príncipe Leo Golitsin que fue muy aficionado a vinicultura. En 1878, él adquirió un lote de tierra a una escasa distancia de Sudak y decidió dedicarse a la producción de champaña. El príncipe querría crear un exquisito vino espumante que no cediera a los mejores ejemplares franceses. Así, él reunió una colección considerable de vid –más de 600 variedades–, e iba experimentando. Simultáneamente, Leo Golitsin mandó edificar las bodegas y túneles para almacenamiento de las botellas con vinos de agujas en las cadenas rocosas de Koba-Kaya y Karaul-Oba. Unas galerías fueron elevadas bajo del nivel del mar, por eso aquí fue mantenida la temperatura a eso de 8 a 12 grados centígrados durante todo el año. Es la temperatura ideal para la maduración de vinos espumosos.
La experiencia obtenida por el vinicultor ruso en Francia y su perseverancia para conseguir el objetivo le ayudaron a crear un champaña con el sabor particular que rivalizaba dignamente con los afamados vinos franceses. En 1890, el príncipe Golitsin empezó la fabricación industrial de los vinos espumosos en Noviy Svet y seis años después fue el mayor proveedor de la familia real que entonces encargó vinos para la ceremonia de coronación del emperador Nicolás II de Rusia. Entonces, Leo Golitsin se convirtió en el primer vinicultor a quien fue concebido el derecho de imprentar el escudo del Imperio ruso en la etiqueta de su vino espumante.
Los vinos espumosos de Noviy Svet obtuvieron su éxito rotundo en la Exposición internacional en 1900 en París. Entonces, el producto de la fábrica de Crimea fue galardonado por el gran premio, la recompensa más valiosa. No obstante, pese al reconocimiento mundial, la fábrica de Golitsin tuvo considerables problemas: en 1905, el príncipe que asignó todo su dinero en la construcción de la planta y la creación de la variada colección de exquisitos vinos espumosos, se vio obligado a cerrar la producción en virtud de los problemas financieros. La última salida de la situación complicada fue regalar su obra predilecta al zar, Nicolás II de Rusia.
Pero tras la Revolución de 1917 y la guerra civil, la fábrica que no funcionaba, fue nacionalizada. Sin embargo, las primeras botellas de vinos espumosos fueron producidas sólo en los años 30. Actualmente, ‘Noviy Svet’ sigue fabricando mejores vinos espumosos, conservando las tradiciones cultivadas por príncipe Leo Golitsin. Al día de hoy, aquí producen diez variedades de vinos espumosos incluso cuvee brut, extra brut, brut, vinos secos y medio secos.
Durante la excursión temática ofrecida por los empleados de la fábrica se puede conocer más acerca de la historia de la Fábrica de los vinos espumosos ‘Noviy Svet’, descubrir los pormenores de la fabricación de vinos de aguja, visitar las leyendarias bodegas de Golitsin y ver por sus propios ojos la colección única de vinos, y claro, probar los famosos vinos espumantes de Noviy Svet. Una de las visitas guiadas prevé la parada en la casa de Golitsin reacondicionada como el Museo de la fábrica de vinos espumosos. Las exposiciones del espacio museístico cuentan acerca de la personalidad extraordinaria del príncipe y de principal dedicación de su vida, la producción de los vinos de aguja.